lunes, 30 de mayo de 2011

Un cuento negro

O cuando las apariencias engañan…




Susana Llahí


Comenzar la mañana con la visita de una dama de negro que lleva en su mano un horrible búho también negro y que nos dice: “le quedan sólo doce horas…” puede ser algo tan sorpresivo y asustador que no se nos ocurriría preguntar “para qué”, el modelo clásico clama: ¡es la muerte...!. Eso es ni más ni menos lo que pensó Bruno el deshollinador. A partir de allí, aconsejado por el relator de la historia, comenzó a realizar todas aquellas cosas que no había hecho a lo largo de su vida: limpiar las chimeneas con más ahínco, ser caritativo con los niños de la calle, seducir a la mujer de la que siempre estuvo enamorado … Finalmente, cuando llegó la hora veinticuatro, la dama enlutada reapareció para decirle que tenía que partir, pero partir de su humilde morada porque había sido desalojado. Ella era la abogada de la firma que compró ese solar para realizar una importante construcción… y en consecuencia, encargada del desalojo.
La pieza se estructura como relato enmarcado: los tres gatos locos, musicalmente, anuncian lo que se verá a continuación. Ese narrador, por momentos narrará y en otros será el acompañante del deshollinador en ese día tan ajetreado en el que debe cumplir sus últimos deseos antes de la partida, que imagina es hacia la muerte.
La historia tiene un ritmo muy intenso que no decae en ningún momento. Con procedimientos propios de la farsa: corridas, confusiones, el juego con el doble sentido del discurso, entrada y salida del personaje (haciendo alusión al papel que cada uno cumple en el grupo), la acentuación de los rasgos ya estereotipados del deshollinador y de la situación, la burla al personaje cuando quiere ser caritativo pero aflora un miserabilísimo que debe refrenar para lograr sus objetivos, alcanza un alto grado de teatralismo que sin embargo logra la credibilidad de los chicos que se conduelen cuando Bruno fracasa y se alegran cuando consigue su objetivo. Impecable desempeño actoral en los tres personajes: muy buen manejo de la gestualidad y de la mueca y buen desempeño en el canto y la danza. Federico Costa, en sus varios roles demuestra posibilidades para dar a cada uno el tono justo, el rasgo que lo diferencia. Una historia sencilla, muy bien trabajada, con buena musicalización, excelentes efectos sonoros y mínima escenografía (la casucha de Bruno al pie de un árbol), que logra una efectiva llegada al pequeño espectador, que en esta oportunidad se caracterizó por no ser tan pequeño, precisamente pertenecía, en gran mayoría, a la franja etaria de diez a doce años que nunca son fáciles de satisfacer.






Un cuento negro de Liliana Bodoc.
Teatro Belisario. Corrientes 1624. T.E.: 4373-3465. Domingos 17 horas.
Elenco: Galileo Bodoc. Juan Gabarra. Federico Costa. Musicalización y efectos sonoros: Fernando Cerra. Vestuarios: Neftalí Garrido y Aravinda Juárez. Iluminación: Pablo Frutos. Producción: Carolina Guchea. Prensa: María Marta Matías. Dirección y puesta en escena: Juan Gabarra y Galileo Bodoc.











jueves, 12 de mayo de 2011

Un ovillo con Pelusa - Compañía Teatral El Nudo

Música, Color….Acción






María de los Ángeles Sanz

La compañía teatral El Nudo1 nació en 1998, como una propuesta de teatro de títeres independiente de la Ciudad de Buenos Aires. Su trabajo se centra en la investigación y producción de teatro de títeres, destinado tanto al público adulto como a los niños. Egresados de la Escuela Taller de Titiriteros "Ariel Bufano", del Teatro Gral. San Martín, los guiaba el deseo de continuar indagando en la poética de los objetos; trabajar la paradoja de animar lo inanimado. Como afirman sus integrantes, “El Nudo es para nosotros un punto de encuentro, de enlace, un lugar de investigación, de cuestionamiento, de desafíos, de emociones y también una misma manera de encarar la tarea, una misma obsesión y respeto por el trabajo”. Con una labor y experiencia de más de diez años, presentan en el espacio Floreal Gorini en el Centro Cultural de la Cooperación, su último trabajo, Un ovillo con Pelusa. En esta oportunidad una historia pequeña para los más pequeños se va desarrollando desde un escenario en tres niveles que les permiten darle perspectiva y profundidad al relato. Una ovejita que busca por tierras y mares a un ovillo travieso que se ha escapado buscando nuevos horizontes, para volver luego al hogar transformado. El uso de los objetos, a través del títere de varilla y de guante, conforma con la música coreografías de mucho color y ritmo; como el baile de caños, o la danza de la ropa tendida. Los muñecos que intervienen dialogando con la ovejita que busca a Pelusa, tienen además una identidad tipificada, fácilmente identificable para los pequeños espectadores, que adhieren con sus risas, sus palmas y sus comentarios, a la fascinación de un trabajo que conjuga imaginación con laboriosidad. Los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire, están presentes en peces y ducha; en gusanos y ovejas; en la sartén de la cocinera y la receta de los ravioles de colores y en el vuelo de la pelota y el gol de Coco, las mariposas y avioncitos. En un cuadro que anticipaba el final, y que servía como introducción mientras el público se ubicaba en sus butacas; los gusanos se transforman en mariposas, como el ovillo se transformara luego en….; el personaje de la abuela que relata historias mientras teje, mantiene el imaginario de la figura familiar que conserva el lugar de la memoria y los recuerdos, aunque ahora las abuelas de la sala no se le parezcan demasiado. Los cuadros se suceden y van creando con el juego de luces y la aparición de los objetos más disímiles una galería de personajes hablantes y otros mudos, pero que toman vida y se comportan como seres vivos al compás de la música que recorre diferentes géneros, introduciendo al niño en el conocimiento de los ritmos más diversos. Maestría, imaginación, y amor al trabajo son las características que definen al grupo en sus presentaciones; los niños agradecidos y felices y los adultos que los acompañan también.











http://vimeo.com/user3654805





1 El Nudo – Compañía Teatral somos Julieta Alessi, Daniel Scarpitto, Nelly Scarpitto, Andrés Sahade, Mariana Trajtenberg, Claudia Villalba, y todos los incondicionales colaboradores y amigos. Llevan realizadas hasta el momento las siguientes puestas: 3 obras para niños: “Hay que esconder al elefante”; “Un tigre en el gallinero”, y “Un Hipo desafinado”. 3 obras para adultos: “El Molde” (que luego fue “El Nudo / 3”), “Mar de Margaritas”, y “El Señor Nicodemo”.3 colaboraciones artísticas con la compañía española Aracaladanza: “¡Nada… Nada!”, “Pequeños Paraísos” y “Nubes”.











Concierto de cuentos por Pitucones







María de los Ángeles Sanz


Como artistas proponemos canales de comunicación, de traducción, de encuentro. Elegimos intervenir en la institución escolar, con este espectáculo teatral, porque consideramos que es un espacio donde todavía se propone y posibilita este encuentro real entre las personas. Concierto de cuentos busca atender al ser poético que habita en cada niño y niña que asiste a este hecho artístico. Pretende asumir el compromiso de decir "presente" en las escuelas para contribuir a un futuro donde la imaginación y la fantasía estén al servicio de la libertad personal para, en comunidad, construir un mundo cada vez más humano.

(Pitucones)

Pitucones, es una compañía de teatro para niños que viene trabajando desde hace más de un año en el espectáculo infantil Concierto de cuentos que tuvo como premisa inicial abordar el campo de los niños con algún material con “contenido”. Basándose en algunos de los cuentos del autor ruso Antón Chejov, modificados por el proceso creativo, “desbordando hasta establecer sus propios límites y fronteras”. Al principio fueron un grupo de actores, algunos también son músicos (cantan, tocan instrumentos) y después se incorporó a un músico que comenzó a ser actor;) -desde su rol de músico- desde entonces tuvieron mucho contacto con una disciplina que aunada a la palabra posibilita un mayor acercamiento al público infantil. Por eso hoy, se consideran un grupo de actores y músicos que llegan a los más pequeños, mediante un espectáculo teatral, por la presencia real y no virtual y el aquí y ahora que el teatro propone. La propuesta es de un “espectáculo dinámico, que muestre que con poco se puede hacer mucho, que muestre que el ser humano se puede emprender a distintos mundos y jugar.” Nuestra propuesta –dicen de su trabajo- “pretende estimular la imaginación, transmitir valores y enseñanzas, y valorar la capacidad de creación del ser humano”. La presentación en el espacio de Andamio 90 del espectáculo, ante una sala llena, donde chicos y grandes disfrutaron y acompañaron el desarrollo de los diferentes cuadros, fue una fiesta, donde el grupo puso en escena todo el trabajo desarrollado en este tiempo de preparación. Luego de la introducción a cargo de un personaje presentador, que de su sombrero va construyendo los personajes detrás de un pequeño tinglado, se suceden los cuadros que narran pequeñas historias1 donde intervienen personajes humanos y animales, más un conjunto de títeres que representan personajes tipificados de la vida cotidiana; y la impronta de la música que refuerza la semántica de lo expuesto con palabras y a través de la mímica. Gags sumamente graciosos, muy bien logrados por los actores, con frescura, gracia y talento, que hace que la recomendación de lavarse los dientes no sea un discurso ajeno al desarrollo de la trama sino que esté incorporado a la misma. Del mismo modo el tema de ser uno mismo, de no dejarse llevar por la conveniencia del momento y mantener nuestra forma de ser y pensar está presentada con acierto en el primer cuadro: el camaleón, que es rematado por todos los participantes en la canción que lo cierra: “Se puede cambiar la forma de actuar, pero nunca mentir, ni aparentar, no cambies tu esencia, decí la verdad”. Texto y música entramados en la construcción de un todo que fiel al género reitera el concepto para que el niño se integre y participe. El segundo cuadro, trabajó con el concepto de la discriminación, de temer al diferente, a aquel que no es como nosotros, cuando en realidad si nos dejamos llevar por la apariencia seguramente nos vamos a equivocar. Como dicen los pitucones en su canción: “El miedo me hace hacer cosas que yo no quiero”. El final pone en acto las cualidades del uso de la gestualidad y la imitación de sonidos, ante la necesidad de mostrar la desesperación de un joven, su necesidad de dormir y un molesto mosquito primero, y los ruidos externos después se lo impiden: “Cuando cierro los ojos siento sobre mí, la patada de un mosquito karateca, Tanto ruido molesto me va a matar, la señora batiendo la cacerola. Pero el peor es mi amigo el Willy, todo el día tocando esa pianola. Y digo.- Willy, dejame dormir. Como todo comenzó con el presentador, que como un mago sacaba de su galera a los personajes, éstos van uno a uno volviendo a ese lugar para dar por terminada la función. El público agradecido, por una hora entretenida y disparadora de buenas ideas.








Concierto de cuentos por Pitucones sobre textos de A. Chejov. Elenco: Pitucona naranja, Agustina Arregui; Pitucón rojo, Fernando Carmuega; Pitucona blanca, Jimena López; Pitucona turquesa, Malena Pérez Bergallo; Pitucón violeta, Nicolás López; Maestre, Matías Avaltroni; Hada Madrina, Carolina Darman. Diseño de luces: Fernando Carmuega, Nicolás López. Escenografía: Jaime López. Vestuario: Natalia Casal. Fotos: Romina Laurutis. Diseño Gráfico: Jimena Otero Eiras. Música original: Pitucones.













1 El espectáculo está conformado por cuatro cuadros: El camaleón: una mañana cualquiera, mientras la gente del pueblo se prepara para comenzar el día, un perro travieso y juguetón se divierte. Pero no todos están contentos con él, especialmente el carpintero del pueblo, quien molesto y de mal humor lo arremete y como consecuencia de ello el animal le muerde el dedo. Indignado, el carpintero decide llamar al juez para que ocupe del asunto. Pero no todo será tan sencillo, el juez del pueblo es muy particular y se verá envuelto en una decisión difícil de tomar.

Dos valientes: Una noche, en un lugar alejado de la ciudad, un viajero se encuentra perdido. Debe llegar con suma urgencia al pueblo “campo azul” pero no puede hacerlo porque no conoce el camino. Decide buscar ayuda preguntándoles a personajes muy extraños, entre ellos un hombre muy alto y de aspecto terrorífico que se ofrece a guiarlo hacia su destino. El viajero acepta, pero prejuzgando la apariencia del su guía, termina tomando decisiones equivocadas.

El dentista: En un consultorio, un dentista y su secretaria atienden pacientes mientras intentan disimular su amor. La tranquilidad del día se verá alterada por un paciente que por no atender su higiene dental, llega muy dolorido buscando ayuda. ¿Podrán el dentista y su secretaria curarlo y enseñarle a cuidar sus dientes?

El silencio: Una noche, después de un largo día de trabajo, un hombre llega a su casa muy cansado con la única intención de dormir. De pronto su descanso y sus sueños se verán interrumpidos por ruidos muy molestos que no van a dejarlo tranquilo. Intentará por todos los medios callarlos. 






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Patas a la obra: historia con moraleja







Susana Llahí


En una tarde de calor insoportable, posiblemente una de las más tórridas de lo que va de la temporada, tuve el placer de presenciar esta interesante pieza en la siempre acogedora sala de Liberarte.
Celena la encargada del zoológico, Gieco el león y Dumas el gato, emprenden la difícil y riesgosa tarea de descubrir quién contamina el agua del lugar que causa descompostura y enfermedad en los animales.
Con títeres de guante de alrededor de cincuenta cm. de alto (una estilización del referente muy vistosa y con bonitos detalles), con una escenografía realista de mucho colorido y muy bien diseñada, con voces agradables que dan el tono justo de los personajes, el grupo que dirige Walter Velázquez recrea una historia simple, de chistes rápidos, accesibles a la comprensión de los chicos consiguiendo de éstos una alegre y espontánea adhesión.
    La historia tiene un objetivo aleccionador pero éste surge espontáneamente, en forma natural, de una historia construida con recursos inteligentes y bien combinados.
    Todos los elementos de la puesta colaboran en forma integrada para la calidad del espectáculo. Un comentario especial para la gracia y ductilidad de la encargada del zoológico, personaje a cargo de Mariana Barrandeguy, y para la música original de Octavio Stampallia.






Patas a la obra. Texto y dirección de Walter Velázquez. Teatro Liberarte. Avda. Corrientes 1555. Domingos a las 15:00 horas.
Actriz: Mariana Barrandeguy. Titiriteros: Maricel Santin. Facundo Dipaola y Mariana Barrandeguy. Escenografía: José Ponce Aragón. Vestuario: Sonia Williams. Iluminación: Ricardo Sicca. Música: Octavio Stampallia. Fotografía: Clara Muschietti. Video: Agustín Demichelis. Títeres: Viviana Chaplin.




Escuche a Mariana Barrandeguy

http://content1c.omroep.nl/d28ef6cfc08fea68be1bb64e151e103f/4da3011b/rnw/smac/cms/es_mariana_1_20110228_44_1kHz.mp3

http://content1b.omroep.nl/e16500db4c29e4c777d42608e48b3156/4da3014b/rnw/smac/cms/es_mariana_2_20110228_44_1kHz.mp3

http://content1d.omroep.nl/4b9f75481ebaa606f00818f55d1034d5/4da3017c/rnw/smac/cms/es_mariana_echt_20110301_44_1kHz.mp3