Tutú Marambá1 es un grupo de rock muy particular,
pensado como una banda para niños que integra a toda la familia, y que busca a
partir de la música exaltar lo lúdico en el espectador más pequeño y volver al
adulto a ese tiempo en que jugar era una forma inteligente de aprender. Elegir
el rock para transmitir a su público no sólo contenidos sino formas musicales
es conocer el medio y el mensaje, sin desmerecer ni otras voces ni otros
sonidos. La banda comienza allá por el año 1999 cuando músicos dedicados a la
docencia pensaron en la articulación de la melodía con el tratamiento de los
cuerpos. Su nombre proviene de un personaje de leyenda del Brasil, el Tutú
Marambú está relacionado como nuestro cuco a la cultura popular, al mundo
misterioso que envuelve la infancia. La
bicicleta mágica es el tercer CD del grupo, el primero fue Canciones para juglar, donde recreaban
un conjunto de canciones infantiles populares, el segundo La dieta de los chanchos esta vez sumaron a canciones conocidas
algunas composiciones propias. Este CD incluye temas que abarcan la vida al
aire libre, la ecología, la educación vial con canciones para bailar y
divertirse. La banda que cumplió diez años el año pasado, ofrece en esta
oportunidad canciones que tienen un finalidad específica y es la
concientización por el bien del planeta a grandes y chicos. Los ritmos, la
percusión del rock hace que las letras sencillas se enriquezcan en eficacia
cuando de invitar al juego a los más pequeños se trata. Los temas conocidos, la
tarantela que motiva al movimiento, dejan paso a los acordes suaves de “Sueño
de libertad”. El juego, el aire de libertad está presente en todas las
canciones, “la mona Pepa no vuelve a la ciudad”, dice el segundo tema del CD, porque,
“llevaba una vida aburrida / hasta que un día escapó por la terraza; pero ya
antes el grupo ha invitado a todos a: “Subí al cielo a buscar / la bicicleta
mágica/ Para cambiar las cosas por aquí/ Vamos juntos, vení, subí.” Hasta el piojo
en la cabeza: “escapando del terrible peine fino”, nos hace difícil la solución
de un problema que las madres conocemos muy bien. La crítica a la piratería y
la avaricia de la sociedad que descuida lo verdaderamente importante es el tema
de “Pata de Palo” y “Para vos”. “Cubierto de riquezas esta tierra gobernó/y
sintiéndose ya viejo, a una sirena suplicó/ Por su ojo, por su mano, por su
pierna verdadera/ y ella dijo: ‘devolvé lo que no es tuyo y volverás/ A ser
quién eras”. La naturaleza nos reclama una posición: “Tenemos que hacer algo de
una vez, / el pez al agua clara devolver/ que el aire huela a flor y el pájaro
cantor /comparta con nosotros su vuelo y su color…” Todos juntos podemos
cantando, bailando y dándonos la mano de verdad: “”Un abrazo y un besito, /yo a
ti te quiero dar / y ahora busco un compañero/ para volver a empezar.” Así
cuenta la canción de “La botita”. Cuidar la vida y la naturaleza es el leit
motiv de “No Papá” “No papá no aceleres más que vamos bien si vamos /
tranquilos/No papá en el semáforo no cruces ni en rojo ni amarillo/ No papá, no
mamá, no chofer no atiendas el celular/ no papá que si vos chocás es mucho lo
que arruinas.” Magia, imaginación, buenos recursos musicales, instrumentos
tocados con precisión, y humor como un ingrediente que suaviza la temática
seria que se esconde entre el juego y las risas. El grupo una vez más realiza
un registro inteligente de un espectador al que no subestima en lo absoluto.
La bicicleta mágica de y por Tutú Marambá: Rafa Andrada, voz; Alejo Distéfano, Bajo; Luis Nesvara, Batería; Federico Duca, Guitarra; Ignacio Gómez, Teclados. Carlos Roberto Avella guitarras y coros en todos los temas menos en “Sueño de libertad”. Lalo Grasso, coros en “Para vos”. Gabriel Rovito coros en “La vera polenta”
http://lostutu.blogspot.com/
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http://www.myspace.com/tutumaramba
1 Tutú Marambá es también un libro de poemas de María Elena Walsh. En "El cuento de mi vida", relato autobiográfico incluido en Chaucha y Palito (1978), Walsh explica que su primer libro de para niños nació a fines de los años 1950, cuando vivía en París: Uno suele enamorarse mejor de su tierra cuando está lejos. La patria es querida y añorada como la niñez, y quizás por eso, por nostalgia, por ganas de volver a jugar en mi propio idioma, empecé a escribir versos para chicos. Al regresar a Argentina, reunió esos poemas en un libro al que puso por título Tutú Marambá. Según su testimonio, ningún editor lo quiso, pero el Fondo Nacional de las Artes subvencionó la publicación en 1960. (Por el portal “Cuatrogatos”)
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