El grupo La Pipetuá1 tiene ya diez años de trayectoria en los
escenarios del país, y en otros tan distantes como Singapur, Malasia, Hong Kong,
México y El Salvador.2
Diferentes idiosincrasias, distintas subjetividades que hacen difícil el
trabajo desde el humor basado en la palabra, en el equívoco o la confusión
semántica del texto. Por eso, el trabajo con la gestualidad, con la impronta de
los procedimientos circenses, con la música, y las técnicas propias del clown
universalizan la propuesta y permiten que los públicos comprendan el gag, la
gracia que los actores desarrollan en escena con tanta eficacia. Con un
vestuario tan llamativo como funcional, mono blanco y cascos de colores; con
elementos que recuerdan al espacio de la construcción y sus obreros: escaleras,
baldes, carretillas, tarros de pintura, metro, plano, estructuras de metal; el
grupo conforma sketches, que cierran en sí mismos, pero que a la vez conforman
la estructura mayor de un relato unificador. Tres payasos –clown y un músico
irreverente conforman el soporte corporal de sus puestas, que además se apoyan
en un juego permanente con el color, la luz, los sonidos y los más dispares
elementos que se transforman en aquello que necesita la historia para ser
contada. “A partir del concepto de “circo artesanal” nosotros intervenimos
construyendo diferentes aparatos, nos gustan mucho los inventos, las
excentricidades”. Con dramaturgia y dirección de Osqui Guzmán, A La
Obra! se presenta para un público en general, es decir,
pensada para toda la familia, sin abusar en los sobreentendidos con el
espectador adulto y la búsqueda de su complicidad; que se lleva adelante sobre
todo, por el conocimiento que éste tiene de los procedimientos y las técnicas
del cine mudo, y de sus famosos dúos y tríos, “El gordo y el flaco”, “Los tres
chiflados”, “Abott y Costello”; las situaciones riesgosas de resolución feliz
que llevan adelante los cortos animados que nos acompañan desde nuestra
infancia, y el juego con la pintura asociando la misma como elemento de final
de una obra concluida, y como particularidad plástica, de formas a partir del
color. La Pipetuá
se formó en el 2001 y su carta de presentación fue Opereta prima, allá por el año 2004, dos años más tarde se
presentaron en la producción Sin escalas.
Sus integrantes: Diego Lejtman, Sebastián Amor, Maxi Miranda, y Fefo Selles
tienen una formación circense, el teatro, la comedia física y la música, la
manipulación de objetos no tradicionales, o que llevan adelante una función distinta
para la que fueron creados. El disparate, como la lectura equivocada o
confundida del plano de la construcción, o lo asombroso como la salida de agua
al pedido del clown de lugares no previsibles. El contraste entre risa y
llanto, el clown que rie mientras la lágrima de desconsuelo cae por sus
mejillas, o cuando la risa es del otro, mientras él llora o se espanta. El
trabajo con el teatro negro que permite a través de un trabajo con la
iluminación, proyectar personajes de diferentes tinturas que se mueven en la
oscuridad dibujadas por la luz, ante el asombro de todos; juego que evade el
relato unívoco pero que le permite al grupo introducir una posibilidad mágica,
propia del circo. El público del Metropolitan donde este año se presentan es
por demás heterogéneo, los más pequeños preguntaban ante algunas situaciones
que no podían decodificar, otros reían ante el juego que desde el escenario los
involucraba; tal vez un espectador habitué del teatro sólo en vacaciones de
invierno, me atrevo a comentar, diferente de aquel que los sigue en otros
periplos y otros escenarios.
¡A la Obra!
Por el grupo La Pipetúa. Elenco: Sebastián
Amor, Diego Lejtman, Maxi Miranda, Fefo Selles. Dramaturgia y Dirección: Osqui
Guzmán. Asistencia de Dirección: Emanuel Zaldua. Música: Fefo Selles. Diseño de
Escenografía: Azul Borenstein. Diseño de Vestuario: Gabriela A. Fernández.
Diseño de Luces: Adrián Cintioli. Objetos y Excentricidades: La Pipetúa. Realización
de video: Mauro Parissenti – Maxi Amor. Realización de utilería: Maxi Méndez –
Gabriel Díaz. Asistencia en vestuario: Ivan Videla. Realización de vestuario:
Patricio Delgado. Realización de trajes lumínicos: Federico Vendrell.
Asesoramiento en burbujas: Javier Urbina. Diseño gráfico: Juan Battilana.
Diseño de imagen: Martín Badía Fotografía: Hebe Rozwadower. Prensa: Débora
Lachter. Comercialización: Caro Sánchez/Laura Freytes. Producción Comercial:
SJ Asociados. Producción Ejecutiva: Suky Martínez. Idea y Producción General: La Pipetúa. Teatro Metropolitan
Rojas, Marisa,
2012. “Obreros del circo” en Revista
Planetario. La guía de los chicos. Buenos Aires: número 139; junio.
1 La Pipetúa es un grupo de clown y circo artesanal
que se inspira en los cómicos del cine mudo, del comic, y los grandes
compositores, las formas de las vanguardias históricas europeas todo renovado o
trasfigurado por las nuevos adelantos tecnológicos aplicados a la escena
teatral para sumar al todo un elemento más de transformación artística. Como
ellos mismos dicen en su programa de mano: “Nos motiva un espíritu lúdico,
poético e inventor. A través de La
Pipetúa fuimos creando historias propias, con sus personajes,
objetos, instrumentos y escenografía para nuestros espectáculos teatrales.”
2 La dificultad de llevar el humor a
diferentes escenarios es una pregunta que los integrantes del grupo responden
en la entrevista que Marisa Rojas les hace para la revista Planetario: “Diego: Trabajamos igualmente en una especie de
adaptación de los números. Incluimos una voz en off, no en términos de locución
o de explicación sino como un quinto personaje que venía de un lugar muy lejano
y que cada tanto hacía pequeños comentarios, presentaba o comentaba alguna de
las situaciones que veía en escena. Eso se grabó en inglés para Singapur y para
Malasia pero para Hong Kong lo grabamos en chino cantonés. Claro que nosotros
de chino cantonés no sabíamos, no sabemos, nada. Entonces enviamos a Hong Kong
los textos en inglés, todo muy minuciosamente detallado, con las duraciones,
las intenciones, las pausas, y ellos lo tradujeron. La cuestión fue que cuando
volvieron los textos y empezamos a escucharlos, obviamente ¡no entendíamos
nada! Así que tuvimos que guiarnos por las pausas. Fue muy divertido,
memorizamos muy bien los textos para poder trabajar con las pausas, los
coreografiamos en inglés y llegamos a una fonética en común para poder hacer el
playback correspondiente.” (Rojas, 2012, junio, pág. 24/25)
No hay comentarios:
Publicar un comentario