Dos mundos: uno que se destruye a sí mismo y
basa todos sus valores en el dinero y el consumo. Donde los seres no pueden
detenerse a pensar dominados por un poder que los obliga a funcionar como
robots, mecánicamente; y a producir sin valorar las consecuencias como destino
común. Otro que muere por causa de aquél y que necesite imperiosamente quien le
devuelva la posibilidad de vida, y que busca para ello un héroe común pero
lleno de conciencia para lograr su objetivo, y que pone en los niños y jóvenes
la esperanza de Gaia, la tierra madre. Sin embargo, a pesar de la seriedad del
tema central de la obra, todo está construido con un humor, desde la palabra y
la acción, que hace que el espectador, tanto el niño como el adulto, se
diviertan, rían y se emocionen en el tiempo de ese no lugar donde transcurre la
historia; en un tiempo que esperamos, muy lejano. Una propuesta cuyo
destinatario es la familia, y que consigue que las diferentes edades que
componen el público en general, encuentren en su desarrollo elementos que
capten su interés. Una esperanza para un futuro que aparece signado por el
egoísmo y la ceguera sobre el desarrollo de vida en el planeta. El elenco
numeroso, compuesto por niños y adultos, está encabezado por el dramaturgo de
la propuesta, que lleva adelante el personaje de Arpan con una ductilidad en el
manejo gestual y corporal de gran calidad, y que logra con sus torpezas
provocadas arrancar la risa franca del espectador, y por pequeño actor que es
el destinado a traerlo a cumplir con el deber de salvarnos a todos de un final
de catástrofe. Del lado de los malos, el grupo de robots, asemeja con su
coreografía a las filas de The Wall, a la mecanización del sentido. Francisco
Ramírez, el director, que además es titiritero, creador de otras de las piezas
que se presentan en la sala Andamio 90, Adair,
cruza las actuaciones con dos muñecos de gran tamaño, cada uno con un rol muy
particular. Uno de ellos luego se transforma en personaje / actor. Gabriela
Julis, es la vapuleada Gaia, que envejece sin remedio, cuidada por los niños y
adolescentes que serán finalmente los que consigan restablecer una armonía
deseada, que es la unidad entre la naturaleza y el hombre. Una puesta que cuida
todos los detalles que la componen, desde la coreografía, que señala la
cosificación de ese mundo donde el dinero es lo primordial, el vestuario, la
iluminación, y la música; y donde la armonización de la dirección hace que sea
fluida la relación de la labor grupal. Una propuesta que cuida además hasta el
último detalle la relación con el espectador, brindando un trabajo serio en la
temática que aborda y en la resolución efectiva en que lo expresa, y permite a
su numeroso elenco destacarse en la labor cumplida.
Arpan, el despertar de Mariano Falcón. Elenco: Mariano
Falcón, Nicolás Rieznik Aguiar, Gabriela Julis, Agustina Cipolla, Malena
Finamore Catz, Ioshua Fontana Gomez, Mariano Falcón, Ariel Nesterczuk, Guido
Passafaro, Mariano Scovenna, y el grupo de niños de los talleres de la escuela.
Sala Andamio 90. Director: Francisco Ramírez.
https://www.facebook.com/pages/Andamio-90/360809357279205
No hay comentarios:
Publicar un comentario