Galileo y Azucena son dos nombres emblemáticos de tiempos diferentes (Galileo Galilei y Azucena
Villaflor) a quienes reúne la misma curiosidad y la mirada distanciada sobre su
época, también la persecución y el dolor; son también dos personajes de una
obra de teatro para toda la familia que reunidos por la escritura de Florencia
Aroldi, brindan un trabajo dinámico, entretenido, que juega con el lenguaje,
con la similitudes y las diferencias, dejando como al pasar, la circunstancia
de la pérdida y la ausencia. Como juego, “la escondida”, juego inocente que en
manos equivocadas puede transformarse en siniestro. Pero todo esto que si
aparece en una doble lectura, queda envuelto en la seducción de la música, el
color, la escenografía, el vestuario, la coreografía y los diálogos que llevan
adelante con muy buenas actuaciones, Francisco Ramírez y Lucila Kairuz. El
vestuario diseñado por Ana Nieves Ventura, resalta las personalidades de los
personajes, colores tierra para Galileo, azules para Azucena y atrae por lo
vibrante de su colorido. Los detalles, un calidoscopio para él, una flor azul
para ella. Los planetas que enmarcan el relato, diseñados por Natalia Epstein,
le dan una mirada plástica al conjunto. Luz (Florencia González) y música (Rony
Keselman) en un todo junto a la coreografía (Mecha Fernández) le imprimen a la puesta un ritmo ligero, con vuelo, ya
que de la libertad de recuperarse en la memoria es uno de los puntos que se
aborda. Un público entusiasta entre absorto y participativo disfrutó del relato
que las muy buenas actuaciones recreaban en el escenario de la sala del Centro
Cultural Resurgimiento en el barrio de La Paternal. Una sala
que ofrece además una biblioteca, un pequeño café, y donde se llevan adelante
talleres:
El Centro Cultural
Resurgimiento viene desarrollando desde 2003 distintas actividades y eventos
artísticos, cursos, talleres y seminarios para la promoción de la cultura y las
artes. Con el objetivo fundamental de generar nuevos espacios para la
comunidad, esta asociación civil formada por vecinos, profesionales y artistas
de La Paternal
y sus alrededores, se propone ampliar permanentemente la oferta cultural, de salud,
deportes y educación. (Página web)
La calidad y calidez del texto dramático, se expande en la escena a
partir de los muy buenos trabajos de los dos actores. Francisco Ramírez es
además director y tiene en este momento, en cartel, otra obra para toda la
familia, Arpan en la sala Andamio 90. Florencia Aroldi, ha
realizado un largo recorrido en el campo del teatro para niños, que se extiende
a todos los integrantes de la familia, con más de una pieza dramática premiada,
como La infancia de Clara, premiada
en el rubro Mejor Teatro para niños por la revista Teatro XXI del Grupo de Estudios de Teatro Argentino y Latinoamericano
(Getea) tanto el texto dramático como la puesta en escena. Otra pieza de su
dramaturgia, Ludovico y Ariadna (2012) también
obtuvo un premio en el Concurso de obras de teatro / dramaturgia regional, y ha
sido publicada por el Instituto Nacional de Teatro. Azucena y Galileo es una puesta inteligente que respeta al
espectador y lo lleva de la mano por el mágico juego teatral, de jugar y aprender, de eso se trata.
Galileo y Azucena de Florencia Aroldi. Actúan: Lucila Kairuz, Francisco Ramirez Vestuario: Ana Nieves Ventura. Escenografía: Natalia Epstein. Objetos: Natalia Epstein. Diseño de títeres: Lucía Arias. Diseño de luces: Florencia González. Realización de títeres: Lucía Arias, Ariel Nesterczuk, Francisco Ramirez. Música: Rony Keselman. Fotografía: Agustina Luzniak. Asistencia de dirección: Ariel Nesterczuk Coreografía: Mecha Fernández. Operación de sonido José Frías. Dirección: Tatiana Santana. Centro
Cultural Resurgimiento.